lunes, 29 de noviembre de 2010

POEMA A UN GATO


No son más silenciosos los espejos
ni más furtiva el alba aventurera;
eres bajo la luna, esa pantera
que nos es dado de avisar de lejos.
Por obra indescifrable de un decreto divino, 
te buscamos vanamente; 
más remoto que el Ganges y el poniente,
tuya es la soledad, tuyo es el secreto.
Tu lomo condesciende a la morosa
caricia de mi mano.
Has admitido, desde esa eternidad que ya es olvido,
el amor de la mano recelosa.
En otro tiempo estás. 
Eres el dueño de un ámbito cerrado
como un sueño.

J.L. Borges


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